Mientras tanto nosotros nos preguntamos qué hacer. Las conversaciones de la diáspora se asemejan cada vez más a las de los cubanos de los años setenta o a las de los rusos en el exilio hace un siglo.
Creo que es allí donde debemos comenzar. Como escribía Harari en su libro Homo Sapiens, casi todo lo que crean los humanos está ante todo en las cabezas: nuestra fe en el dinero, nuestra creencia en la existencia de países. Y nuestra creencia en que un gobierno exista.
Por supuesto que si un grupo de personas tiene el poder de las armas tiene un poder físico muy real, pero este poder no es absoluto.
Si los venezolanos de buena fe quieren realmente recuperar su país deben comenzar por hablar de cómo será una Venezuela democrática. Debemos comenzar a escribir y hablar sobre la Venezuela postchavista, sobre una Venezuela pluralista.
Si hay algo que enfurece a la casta chavista es precisamente eso. Ellos se especializan en matar sueños. Cuando hayamos aprendido a ver eso el chavismo dejará de tener poder.